Ana Rosa Quintana ha expresado con contundencia su postura respecto a la aprobación del fichaje de David Broncano en el Consejo de Administración de RTVE. La contratación del conocido comunicador para la cadena pública ha generado un amplio debate, con críticas que van desde aquellos que cuestionan el uso de fondos públicos para financiar las dos temporadas del programa hasta quienes especulan sobre una posible injerencia desde Moncloa para impulsar su incorporación y desplazar a Pablo Motos y 'El Hormiguero', dado que competirán en la misma franja horaria a partir de septiembre.
Aunque esta teoría carece de fundamentos verificables, sigue circulando entre el ruido y la especulación. Ana Rosa Quintana no dudó en abordar este tema cuando fue preguntada durante una masterclass en la Universidad Camilo José Cela. De manera directa, la presentadora de 'TardeAR' señaló que "lo que no se puede hacer es lo que se ha hecho, que se fiche a un comunicador en Moncloa no me parece lo más adecuado", evidenciando su descontento y señalando al Gobierno como responsable de esta situación.
Quintana, en particular, siente que se le ha hecho una "gran faena" a David Broncano con este fichaje, que ha generado tanta controversia en las últimas semanas y que ahora, finalmente, se ha concretado. Reconoce ser seguidora del comunicador y defiende su integridad al afirmar que "no tiene la culpa de todo lo que ha pasado". Sin embargo, no duda en criticar la intervención política en este asunto, insinuando que ha afectado negativamente al proceso.
La presentadora de Mediaset arremete contra la actuación de Televisión Española, expresando su desaprobación hacia la manera en que han gestionado el contrato de Broncano. Considera que la cadena pública ha actuado de forma perjudicial para el comunicador, y especula sobre la posibilidad de que él mismo preferiría que su programa no fuera aprobado dadas las circunstancias en las que se ha desarrollado el proceso.
Para Ana Rosa, queda claro que David Broncano "ha sido absolutamente utilizado políticamente", y sostiene que el contrato con RTVE no es beneficioso ni para él ni para ningún otro involucrado en la situación. Su crítica apunta directamente a la interferencia política en el ámbito mediático, sugiriendo que esto puede tener consecuencias negativas tanto para la integridad del comunicador como para la calidad del producto televisivo.