La reputación pública de Carmen Lomana parece estar enfrentando una serie de embates enemigos, como reza el dicho popular, y es que después de enfrentar las críticas persistentes de Ágatha Ruiz de la Prada en diversos ámbitos, ahora ha surgido una nueva adversaria en la figura de Paz Padilla, quien no ha escatimado en lanzar pullas durante una conferencia sobre temas emocionales que ofreció recientemente. La situación se desarrolló durante una charla motivacional que tuvo lugar en un hotel de Marbella, donde Paz Padilla abordó el tema de los miedos, centrando su discurso en el temor al envejecimiento. Sin reservas, la actriz de "La que se avecina" utilizó a Carmen Lomana como ejemplo de lo que consideraba un error en este aspecto.
Con un tono mordaz y desinhibido, Paz Padilla compartió sus observaciones sobre el aspecto físico de Carmen Lomana, haciendo hincapié en su aparente exceso de procedimientos estéticos. Comentó de manera irónica que, según su percepción, Lomana estaba tan estirada que no había más espacio para seguir estirándose, bromeando incluso sobre la necesidad de afeitarse debido a la supuesta tensión en su rostro. Las palabras de Padilla no se detuvieron ahí; continuó con una serie de comentarios críticos, comparando la imagen de Lomana con la apariencia de las figuras de cera de un museo y haciendo alusiones poco halagadoras a sus características físicas. Con un tono sarcástico, describió a un grupo de mujeres que parecían haber sido moldeadas de manera uniforme, todas con el mismo aspecto rubio y unos labios exagerados, insinuando que había una falta de autenticidad y naturalidad en su apariencia.
La reacción de Carmen Lomana no se hizo esperar tras enterarse de las declaraciones de Paz Padilla en la conferencia. Según un reporte de la revista Semana, Lomana expresó su asombro ante los comentarios de Padilla, calificándolos de increíbles y cuestionando la falta de respeto y educación que percibía en ellos. Además, recordó los favores que había hecho a Padilla en el pasado cuando esta aún no había alcanzado la fama, sugiriendo una sensación de decepción por el cambio en la actitud de la presentadora hacia ella. La situación deja entrever un conflicto abierto entre ambas personalidades mediáticas, marcado por una serie de desencuentros y tensiones. Las críticas públicas de Padilla hacia Lomana han provocado una respuesta contundente por parte de esta última, quien defiende su integridad y resalta la importancia del respeto mutuo en las interacciones públicas.
Este episodio no solo revela las dinámicas complejas dentro del mundo del espectáculo, sino que también plantea cuestiones más amplias sobre la ética en la comunicación pública y el trato entre colegas en la industria del entretenimiento. La confrontación entre Lomana y Padilla refleja la tensión entre la libertad de expresión y el respeto por la dignidad y la integridad personal, destacando la necesidad de un diálogo constructivo y respetuoso en todos los ámbitos de la vida pública.