La caída de Telecinco del podio de audiencias se dio hace ya 2 años a manos de Antena 3. Desde entonces, cada vez ha habido más distancias entre las principales cadenas de Mediaset y A3Media. La irrupción de Borja Prado (apodado "el verdugo"), contratado en principio para poner a la empresa de Berlusconi como un producto rentable, ha fracasado estrepitosamente hasta este agosto de 2023 donde se ha visto superada por La Uno de TVE con La Sexta siguiéndole de cerca sus pasos. En este artículo vamos a analizar la figura de Borja Prado como el catalizador para una perdida de audiencia importante que ha dejado a la empresa practicamente en la ruina a pesar de la inyección económica venida desde Italia.
Borja Prado el empresario, el poder y el analfabetismo funcional televisivo
Borja Prado Eulate es un reconocido empresario español. Nació el 11 de octubre de 1956 en Madrid, España. Es conocido principalmente por su trayectoria en el ámbito de los negocios y su vinculación con importantes empresas del sector energético y de las telecomunicaciones. Se graduó en Derecho por la Universidad de Deusto y posteriormente obtuvo un Máster en Administración de Empresas (MBA) en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. Desde entonces, ha desempeñado diversos cargos ejecutivos en empresas de renombre.
Uno de sus roles más destacados ha sido su presidencia en Endesa, una de las principales empresas eléctricas de España. Borja Prado ocupó este cargo desde 2009 hasta 2018. Durante su gestión, Endesa se mantuvo como una de las compañías líderes del sector y continuó expandiendo su presencia en el mercado energético, no acumulando pocas polémicas relativas por ejemplo a la subida de la luz. Además de su vinculación con Endesa, Borja Prado ha sido miembro del consejo de administración de diversas empresas, incluyendo Vodafone España, donde también desempeñó funciones directivas.
A principios de 2022 es nombrado presidente de Mediaset España, cargo que ocupa al alimón con Paolo Vasile, tras la salida de Alessandro Salem. Sus decisiones fallidas no se hacen esperar: se despiden a trabajadores, se cancelan formatos exitosos o se les repudia en la parrilla, se apuesta por una televisión personalista a gusto del empresario (pero no de la audiencia) y la relación con su homónimo italiano no es buena debido a las multiples discrepancias entre uno y otro.
La poca (o nula) experiencia del señor Prado se hace latente con la reelaboración de un código ético, unos vetos al más puro estilo de la censura franquista, la apuesta por producciones de corte político, el cambio de horarios de algunos programas o el poco desarrollo de las plataformas digitales. Lo que pudo ser una oportunidad para reinventarse como grupo mediático tras 20 años ininterrumpidos de liderazgo a cargo de Vasile se terminó convirtiendo en un exterminio de contenido y calidad (buena o mala) para dejar un vacío de creatividad incapaz de ser rellenado por profesionales que, a día de hoy, no tienen del todo claro que es lo correcto o que quiere este señor.
Rocío Carrasco y su universo según Borja Prado
No es un secreto que a Borja Prado no le gustaba nada el mundo del corazón, máxime si el mejor representante de eso era la productora La Fábrica de la Tele con Sálvame y Jorge Javier Vázquez al frente. Vasile pudo contener los arrebatos de un señor al que no le gustaba ni entendía Rocío: Contar la verdad para seguir viva, las soflamas de Jorge Javier a la extrema derecha, la impunidad y libertad con la que contaban Kiko Matamoros o Belén Esteban. Si encima a esa producción se le une un apoyo de políticos de izquierda (y de derechas, aunque menos), el hecho de que aumentasen las llamadas al 016 o que se hablase de violencia de género o violencia vicaria en pleno prime time; el cóctel para el señor Prado estaba listo... . Lo que no sabía es que el veneno lo iban a añadir precisamente los enemigos de la cadena o los rivales empresariales, gente de confianza para él como Federico Jiménez Losantos o Ana Rosa Quintana.
El hecho de que la programación de una televisión tuviera sus mejores audiencias hablando de la relación de la hija de Rocío Jurado con su familia no gustó nada a Borja Prado. Aficionado a los toros, su padre (Manuel Prado y Colón de Carvajal) conoció y era amigo de la mujer de Pedro Carrasco y Ortega Cano según la "cuñadísima" Rosa Benito, cercano a la monarquía por herencia familiar; no podía permitir que un tema tan "popular" acaparase una audiencia grande ávida de discutir el tema hasta 2 años después con una guerra de bandos que se extendía a los programas.
La primera decisión que tomó fue relegar la segunda temporada de la docuserie "En el nombre de Rocío" a su plataforma digital de pago (MitelePlus) emitiendo un capítulo semanal y logrando menos repercusión. Eso se solventó en Septiembre cuando se emitió en abierto después y, logicamente, con un bajón de audiencia aunque incluyese contenido inédito y debate posterior. Eso sí, de todos los estrenos de la temporada y a pesar de ser un formato mánido, que incluso a día de hoy puede ser visto "by the face" en una conocida plataforma de videos, logro ser el programa más visto de todos los estrenados por encima de su apuesta principal "Pesadilla en el Paraíso".
Hay más dentro de esta historia y es que Borja Prado también quiso imponer a Sandra Barneda. Su objetivo no era tanto la querencia por la catalana, sino defenestrar a Carlota Corredera, cara visible de la primera temporada y una persona que supo blanquear la imagen de una productora, un programa y una cadena eminentemente machistas. Sandra duró dos programas: por un lado, ella se encontraba bastante perdida con esos temas y por otro lado, la audiencia que quería ver a Rocío la quería ver o con Carlota o con Jorge Javier. Fue este último quien tomó las riendas y logró sus mejores datos pero la historia no acabaría ahí.
Con la segunda serie terminada y con el tema en cierto reposo en Mediaset, Borja Prado sigue viendo como a pesar de que no hablen tanto en la cadena de Rocío Flores, Gloria Camila, Olga Moreno, Amador Mohedano, Ortega Cano y el resto de la familia; sigue habiendo una demanda de contenido en ese sentido que el empresario no está dispuesto a aceptar y se saca el código ético de la manga con una máxima: evitar demandas y mala imagen por parte de la extrema derecha mediática (que por otro lado, se llenaba los bolsillos cada día hablando y criticando a Rocío Carrasco frente a su familia en contra de lo que se contó CON PRUEBAS en el documental).
Aún así, y no contento con eso, aprovechando la salida de Paolo Vasile (harto por otra parte de los excesos de su compañero) Borja Prado emplea su mano de hierro para sacarse de la manga una lista de vetos que incluye a los anteriormente mencionados y toda la gente relacionada más Kiko Rivera y Bárbara Rey. A pesar de que estos dos últimos hayan vuelto a ser mencionados, la estrategia de poco le sirvió ya que es precisamente a partir de ese método tan arcaico como es la censura unido a una mala programación cuando Telecinco empieza a activar las alertas. En todo esto un defenestrado Antonio David Flores aplaudiendo al nuevo jefe y sumándose como uno de sus acólitos, mientras que Rocío Carrasco, habiendo superado todo junto a Fidel Albiac, acudía a otras televisiones donde dio máximos de audiencia. Rocío Carrasco JAQUE MATE a Borja Prado.
La obsesión de Borja Prado con Jorge Javier Vázquez y Sálvame
En el anterior párrafo, habíamos omitido el papel que juega en esto la guerra civil de productoras en Mediaset. Una serie de sinergias que desde los años 2000 daba bastante juego a nivel televisivo y sobre todo en audiencias. El cénit se alcanzó con la emisión de Rocío: Contar la verdad para seguir viva. La productora de Ana Rosa Quintana dió una máxima a todos sus programas que no era otra que desdeñar el formato y, según ella, intentar poner un poco de orden en todo el caos que se había originado (si por caos entendemos el testimonio de una mujer con el que empatizó practicamente toda España como así lo demuestran los millones de espectadores que vieron el fenómeno en el que se convirtió, y sigue así, como la emisión no deportiva más vista desde los tiempos de Operación Triunfo).
Lo que no sabe el gran público es que la propia Ana Rosa, consciente del episodio que la madre había vivido con su hija Rocío Flores en 2012 (la paliza que le dio siendo menor y por la que la niña fue condenada judicialmente), le había propuesto colaborar en su programa no una temporada, sino varias desde 2014. Respuesta de Rocío Carrasco: no, gracias, yo no hablo de mis hijos. La venganza de Unicorn Content se sirvió fría con el fichaje estrella de la hija mayor de Antonio David Flores ejerciendo de nuevo de verdugo de su madre como ya hiciera en GH VIP defendiendo a su padre o en Supervivientes 2020.
Es importante decir esto, porque aunque en un principio la guerra entre Sálvame con los programas de la mañana dio mucho juego ante las diferentes posturas, pronto eso se destemplaría cuando se vieron los intereses creados y la mano negra del señor que despidieron ante el desgarrador testimonio de la mujer de Fidel Albiac, con su cómplice ganando el reality estrella de la cadena. Muchos espectadores dieron la espalda a este "viejo modo" de hacer las cosas y encontraron en el programa de Jorge Javier Vázquez que ya había puesto en fila a opinólogos faltos como Antonio Montero, Jesús Manuel Ruiz o la propia presentadora Paz Padilla.
Con la llegada de Borja Prado y viendo el panorama, se empezó a correr el rumor de que al nuevo jefe no le gustaba la posición de poder que abarcaba el programa de las tardes de Telecinco con respecto al resto de la parrilla. Si a eso le unimos las innumerables polémicas, la Operación Deluxe y el hecho que desde Sálvame se defendiera la existencia de la violencia de género, se hablara de feminismo o dieran palos a la derecha la patata era lo suficientemente caliente como para explotar. La primera víctima fue la cara visible del fenómeno: Carlota Corredera. A los insultos de un grupúsculo de personas en redes sociales, se unió su despido de Sálvame; algo que cocinó el propio Borja Prado con la reticencia de muchos directivos hoy fuera de Mediaset como Paolo Vasile o Baldomero Toscano. Carlota volvió, sí, a petición de la productora pero a presentar otro formato: ¿Quién es mi padre? que fue líder en todas sus emisiones hasta que al señor Prado se mostró inflexible con la bajada de audiencia de uno de ellos (De 5 programas, lideró 4).
Lo siguiente fue cercenar Sálvame. En pleno diciembre y pillando a todos por sorpresa, se decide prescindir de las dos últimas horas de Sálvame para promover dos concursos diferentes (25 palabras de Christian Gálvez y Reacción en cadena de Ion Aramendi). No obstante, deciden pasar la hora de 19 a 20 a MitelePlus. Resultados: Telecinco pierde el liderazgo de 19 a 20 y Pasapalabra se come a Ion Aramendi (en casos triplicando su audiencia). La situación se ha revertido, no obstante, y es que desde que Sálvame dejó de existir o se fue de viaje ya solo tienen a Reacción en cadena como su máximo exponente de lo que mejor funciona en la tarde lo que denota dos cosas: inacción y fracaso de Christian Gálvez que sin el colchón de Sálvame no ha podido mantener sus datos, audiencia fiel a Ion Aramendi (persona que trabajo en Sálvame y cercano a ellos). Por si eso fuera poco, el Sálvame Naranja Plus se convertía en lo más visto de la plataforma a pesar del escaso, bajo o nulo presupuesto y el poco apoyo de la cadena.
En primavera y tras serles prometido un futuro prometedor, Sálvame conocía la noticia como todo el mundo. El diario que tiene este nombre publicaba en exclusiva el final del programa histórico de las tardes de Telecinco en una maniobra orquestada por Borja Prado, hacedor junto a Alessandro Salem de una de las peores estrategias empresariales jamás vistas en televisión desde Antena 3 con Estudio de Actores. Solo Belén Esteban se ha atrevido a alzar la voz sin miedo, consciente de que no se les ha despedido, se les ha repudiado y el culpable tiene nombre y apellidos. A ello se sumaba la baja de Jorge Javier Vázquez terminando Supervivientes y no acudiendo a los programas finales de Sálvame Diario y el Deluxe.
Ahora Borja Prado tiene lo que andaba buscando: una televisión a su gusto para su uso y su disfrute. Un grupo mediático que no logra ser rentable y cuyos contenidos y calidad, unido a la desesperación e incertidumbre de sus trabajadores por su futuro y una audiencia que ha huido despavorida ante las nuevas propuestas de Mediaset con Ana Rosa Quintana al frente y convirtiéndose en principal valedora de una extrema derecha que no ha terminado de convencer en las últimas elecciones. En Julio han descendido a la tercera posición pero se prevé que todavía van a seguir hundiéndose aún más. Mientras tanto, se habla de que para dar ejemplo las siguientes personas en salir de la cadena podrían ser Jorge Javier Vázquez, Sandra Barneda (ante el fracaso de Así es la vida y La última noche) o la propia Emma García (que no es ni del agrado de Prado ni de AR). Borja Prado, el empresario que condenó a Mediaset al ostracismo. Con su pan se lo coma.