En respuesta a un escalofriante incidente en Málaga, hemos contactado con el reconocido juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, para obtener perspectiva y análisis sobre el caso. La trágica historia salió a la luz hace apenas unos días en la capital de la Costa del Sol, donde un menor de edad, estudiante de un instituto malagueño y con discapacidad, había sido víctima de acoso por parte de varios compañeros durante varios años. Este acoso, perpetrado por siete menores de edad, ha llevado a sus detenciones por parte de la Policía Nacional, quienes los acusan de acosar al joven a través de las redes sociales. Tras la denuncia de los padres de la víctima, los investigadores descubrieron que este comportamiento se venía produciendo durante los últimos dos años, información que ya constaba en informes emitidos por el centro escolar.
En busca de una comprensión más profunda y contextualizada, el juez Calatayud, con su experiencia en casos relacionados con menores, ofrece su análisis sobre la situación. En sus palabras, revela que ha tenido casos similares en su carrera y que lamentablemente, este tipo de incidentes está en aumento. La gravedad de las consecuencias y la situación personal de los implicados influyen en la determinación de las sanciones aplicables. Puede variar desde medidas como la libertad vigilada con una orden de alejamiento hasta internamientos semiabiertos, dependiendo de la gravedad de las consecuencias para la víctima. Sin embargo, subraya que en su mayoría, las penas suelen implicar trabajos en beneficio de la comunidad y libertad vigilada con prohibición de comunicación.
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El juez Calatayud enfatiza un aspecto crucial en el desarrollo de estos casos: el papel de las redes sociales y los teléfonos móviles en manos de menores. Advierte a los padres sobre el peligro inherente en permitir que sus hijos, que poseen dispositivos móviles, tengan acceso irrestricto a las redes sociales. Resalta la responsabilidad de los padres en el control de las actividades en línea de sus hijos, señalando que, como progenitores, son responsables de las acciones de sus hijos. Calatayud destaca el desafío que enfrentan los padres en este sentido, ya que deben lidiar con las implicaciones de la tecnología moderna y la responsabilidad parental. En sus palabras, el problema persiste mientras los padres estén vivos y tengan hijos, y solo se disipa con la muerte. Este llamado a la conciencia destaca la importancia de la supervisión activa por parte de los padres en el uso de la tecnología por parte de sus hijos, subrayando la necesidad de una intervención parental efectiva para prevenir y abordar situaciones de acoso y violencia en línea.