Desde el momento en que vino al mundo, Rocío Flores ya estaba destinada a ser una figura pública. La nieta de la icónica Rocío Jurado fue arrojada al escenario mediático mucho antes de que pudiera comprender completamente su propia notoriedad. Ahora, a sus 27 años, Rocío ha experimentado un giro en su relación con los medios y una evolución en su vida personal y profesional.
El 13 de octubre de 1996, Rocío Flores nació en Madrid como la primera nieta de Rocío Jurado. Su vida se tornaría complicada cuando, a los 4 años, sus padres, Rocío Carrasco y Antonio David Flores, se separaron, dando inicio a una batalla judicial y mediática que ha perdurado hasta el día de hoy. Desde temprana edad, Rocío Flores mantuvo un perfil bajo, alejada del ojo público. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ella.
El ascenso de Rocío Flores a la fama comenzó en 2019 cuando su padre, Antonio David Flores, se convirtió en concursante de Gran Hermano VIP. En ese momento, Rocío se sentó en los platós de televisión para defender a su padre y se convirtió en un rostro habitual en programas de entretenimiento. Su participación en Supervivientes, donde llegó a la final, la consolidó como una figura mediática reconocible. Posteriormente, Rocío se unió al equipo de colaboradores de El Programa de Ana Rosa, donde aportó su perspectiva en diversos temas. Esta etapa en la televisión marcó una fase importante en su vida, pero pronto tomaría un nuevo rumbo.
La carrera de Rocío Flores dio un giro cuando no llegó a un acuerdo con Unicorn Content, la productora de Ana Rosa Quintana, y decidió alejarse de la televisión en septiembre del año pasado. Desde entonces, ha redirigido su enfoque hacia sus negocios y su presencia en las redes sociales. En la actualidad, Rocío Flores es embajadora de una línea de productos de cosmética, un papel que desempeña con entusiasmo y que ocupa gran parte de su tiempo. Su compromiso se refleja en sus palabras en las redes sociales, donde enfatiza su enfoque en sus proyectos y su determinación por trabajar en pro de su crecimiento personal y profesional.
Además de su carrera, la vida personal de Rocío Flores también ha experimentado una transformación significativa. Rocío comparte su vida con su novio, Manuel Bedmar, desde hace más de seis años, y su relación es una fuente constante de felicidad. La influencia de su familia, incluyendo a su padre, Antonio David Flores, y sus hermanos, David y Lola, es fundamental en su vida. Juntos forman un sólido núcleo de apoyo.
Rocío Flores ha asumido el papel de embajadora de una línea de productos de cosmética, y esta nueva faceta de su carrera ocupa un lugar central en su vida en este momento. Su compromiso y entusiasmo se reflejan en su dedicación a esta marca. A sus 27 años, Rocío Flores ha evolucionado de ser una figura mediática en la televisión a una influyente embajadora de cosmética con un enfoque decidido en su crecimiento personal y profesional. Su vida personal, marcada por su relación con su novio, su familia y su compromiso con su marca de cosmética, demuestran una joven que está forjando su propio camino. Mientras Rocío elige mantener un perfil bajo en la televisión, su influencia en las redes sociales y su dedicación a sus proyectos personales son un testimonio de su crecimiento y evolución como figura pública. Su futuro es prometedor y seguro nos depara más sorpresas.